- Que la gente conozca un nuevo Daddy Yankee. Siempre me preocupo. Aparte de llenarle las expectativas a todos mis fanáticos, qué otra cosa puedo ofrecer como artista dentro del arte, qué música puedo crear para llenar las nuevas expectativas y crear nuevos fans. Hay que trabajar con eso en cada disco.
- ¿Socialmente, qué refleja “Grito mundial”?
- El Grito mundial lo dice todo. Es un mensaje poderoso, el mensaje social de mi álbum. Es algo muy diferente a lo que quizás muchas personas están acostumbradas a escuchar de algún artista urbano, por eso dije ‘vamos a salir con un mensaje’. Tengo muchas canciones de mensaje, pero están en un formato donde no aplica para la música popular; Corazones, Salud y vida, Me quedaría, Talento de barrio y un sin número de temas así”.
-Vienes del barrio, te tocó vivir muy de cerca diversos problemas sociales, ¿cómo te enfrentas día a día con la fama?
- Lo digo con toda honestidad, la fama lo único que tiene es pros y contras. Uno hace un nombre y vive de ese nombre, pero tiene que reconocer que no todo lo que viene es bueno, sino que tienes que estar listo para enfrentar la gran realidad de la vida personal, que es eso: personal y no pública. Todos los seres humanos merecen un momento de estar a solas y reflexionar sobre su vida. Creo que los artistas que llegan a un nivel de super estrella, tenemos muy poca privacidad y creo que eso es lo único que afecta dentro de la fama; de ahí para allá, no me considero una persona que ha cambiado con su gente.
-¿Cómo reinventas el “reggaetón” en cada disco para que no se vuelva repetitivo?
- Buscamos la manera de cómo reinventarnos, y creo que las personas que vienen siguiendo nuestro género desde hace 20 años notarán que hay una gran diferencia musical, que hemos evolucionado en grande. Antes, por lo menos yo era una persona que simplemente tomaba el micrófono y soltaba letras, ahora tengo la habilidad de ir a un estudio, tocar mi teclado, expresar mis ideas; leo mi música porque me he preparado musicalmente, tal vez muchas otras personas lo han hecho, otros no, pero una vez que uno se prepara, el nivel de musicalidad se expande hacia otros horizontes.
- ¿El mote del “Big Boss del reggaetón”, cómo lo llevas?
- Es un mote que la gente utilizó. Me lo pusieron los fans. Ellos me nombraron: “El Jefe”, “El Big Boss” Daddy Yankee. Y lo que le digo a todo el mundo es que no me considero el número uno ni el mejor, estoy seguro de que soy un moviemiento, que es mucho más allá de simplemente ser un artista que está buscando posicionamiento. Soy una persona que no me quedo sólo en la música, voy más allá: en el mundo empresarial, social y lo que es la innovación en la música. Y esa visión es la que me ha ayudado a estar donde estoy en estos momentos.
- ¿Cómo defines el “reggaetón” en tu vida?
- Es un estilo de vida, y dentro está lo social. Nosotros hablamos de todo, explícitamente de lo que es la vida, lo positivo y lo negativo. Si quieren que hablemos de la muerte, hablamos de la muerte, de la corrupción de los gobiernos. Hablamos de sexo, de lo que uno ve en las discotecas, de lo que vemos en la calles, de la lealtad de mis amigos, del odio, del amor. Hablamos de todo sin medida.
- ¿Cuánta gasolina le queda a Daddy Yankee?
- Uf, si se pudiera comparar, yo sería un emirato musical. Estoy seguro que me queda para largo, muchísimo.
“Es necesario que toda la gente se involucre con su barrio con su misma gente, el mundo necesita lo mejor de todos nosotros para seguir moviéndonos hacia adelante” Daddy Yankee, cantautor
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